Edad Antigua en la península ibérica

La Edad Antigua en la península ibérica es un período histórico que abarca desde la llegada de los primeros pobladores hasta la caída del Imperio Romano de Occidente. Durante este tiempo, la península fue el hogar de diversas culturas y pueblos, como los íberos, celtas, fenicios, griegos y cartagineses, antes de ser conquistada por los romanos.

Los romanos dejaron una huella indeleble en la península, introduciendo su lengua, leyes, infraestructura y cultura. La romanización de la península ibérica fue un proceso gradual que llevó a la integración completa de sus habitantes en el Imperio Romano, lo que eventualmente llevó a la formación de las provincias romanas de Hispania.

Este período también vio el comienzo del cristianismo en la región, que más tarde se convertiría en la religión dominante. La Edad Antigua terminó con la invasión de los pueblos germánicos, como los visigodos, que establecieron su propio reino en la península tras la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C.

El contexto histórico

El contexto histórico de la Edad Antigua en la península ibérica es fascinante y complejo. Esta era se caracteriza por una serie de importantes transformaciones sociales, políticas y culturales que tuvieron un impacto duradero en la historia de la región.

Los íberos, uno de los primeros pueblos conocidos en la península, dejaron ricos legados artísticos como la Dama de Elche. Los celtas, por otro lado, se asentaron en el norte y dejaron su marca en la cultura y las tradiciones locales.

La llegada de los fenicios y los griegos introdujo el comercio marítimo y la influencia cultural en la costa mediterránea. Establecieron colonias y se mezclaron con las poblaciones locales, lo que llevó a la creación de la cultura tartésica y la ciudad de Emporion.

Cartago, una potencia marítima, también estableció su presencia en la península antes de ser desafiada por Roma. La Segunda Guerra Púnica fue un punto de inflexión, donde Roma comenzó a establecer su dominio en la región.

La romanización fue un proceso gradual que transformó la península ibérica. Los romanos no solo trajeron su lengua y leyes, sino que también construyeron infraestructuras como carreteras, acueductos y teatros, muchos de los cuales aún se pueden ver hoy.

El cristianismo comenzó a difundirse durante este tiempo, y con el tiempo se convirtió en la religión dominante, reemplazando a las prácticas religiosas paganas.

Finalmente, la invasión de los pueblos germánicos y la caída del Imperio Romano de Occidente dieron paso a la Edad Media. Los visigodos, en particular, establecieron un reino que duró hasta la invasión musulmana en el siglo VIII.

Este período es crucial para entender la historia y la identidad de España y Portugal, ya que sentó las bases para las naciones modernas que surgirían en la península ibérica.

Los pueblos prerromanos

Los pueblos prerromanos en la península ibérica se refieren a las diversas etnias y culturas que habitaban la región antes de la completa conquista y colonización romana. Estos grupos tenían sus propias estructuras sociales, sistemas políticos y tradiciones culturales. Algunos de los más destacados fueron:

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Los íberos
Se asentaron principalmente en el este y sur de la península. Eran conocidos por su arte, especialmente la escultura, como la famosa Dama de Elche. Tenían una escritura propia y ciudades bien organizadas
Los celtas
Predominaban en el norte y oeste. Eran tribus guerreras con una sociedad basada en la casta de los guerreros. Vivían en castros y eran excelentes metalúrgicos
Los celtíberos
Resultado de la mezcla entre íberos y celtas, ocupaban la meseta central y partes del este. Eran famosos por su resistencia contra los romanos, especialmente en ciudades como Numancia
Los tartesios
Uno de los pueblos más misteriosos, se ubicaban en el suroeste y tenían una rica cultura influenciada por los fenicios, con quienes comerciaban intensamente
Los vascones
Se situaban en el área del actual País Vasco y Navarra. Mantuvieron una identidad distinta y continuaron su desarrollo cultural incluso después de la romanización

Estos pueblos contribuyeron significativamente al legado cultural de la península ibérica y dejaron huellas en la lengua, la toponimia, las tradiciones y la organización social que perduran hasta hoy. La interacción entre estos pueblos prerromanos y los colonizadores fenicios, griegos y cartagineses, así como la posterior conquista romana, dieron forma a la compleja mosaico cultural que caracterizaría a la península durante siglos

Los iberos: pueblos del sur y del este

Los íberos fueron un conjunto de pueblos que vivieron en la costa este y sur de la península ibérica desde el final de la Edad del Bronce hasta su integración en la cultura romana. Se distinguían por su desarrollo cultural y social, y son especialmente conocidos por su arte y su escritura.

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Los íberos

En la zona mediterránea y meridional se asentaron diversos pueblos con rasgos comunes y lengua posiblemente común o similar (indigetes, turdetanos, entre otros)

Culturalmente

Los íberos crearon una rica iconografía que se manifiesta en esculturas como la Dama de Elche y la Dama de Baza, que reflejan una sociedad con una compleja estructura social y religiosa. Su arte también incluía cerámica decorada y joyería fina

Económicamente

Los íberos estaban activamente involucrados en el comercio con otros pueblos del Mediterráneo, como griegos y fenicios, lo que les permitió acumular riqueza y desarrollar ciudades-estado prósperas

Políticamente

Estaban organizados en distintas tribus y ciudades-estado, cada una con su propio liderazgo. No formaron una unidad política unificada, pero compartían similitudes culturales y lingüísticas

Lingüísticamente

Los íberos tenían su propio sistema de escritura, conocido como la escritura íbera, que aún no se ha descifrado completamente. Se utilizaba principalmente para inscripciones funerarias y monumentales

La sociedad íbera estaba estratificada y tenía una élite gobernante. Eran conocidos por su habilidad en la guerra, y sus guerreros eran muy valorados, incluso por los romanos. Con la llegada de los romanos, los íberos enfrentaron un largo proceso de conquista y romanización. Aunque resistieron inicialmente, con el tiempo adoptaron muchos aspectos de la cultura romana, y su identidad se fusionó en la nueva sociedad que se estaba formando en la península ibérica

 

La herencia íbera sigue presente en la península a través de restos arqueológicos, influencias lingüísticas en algunos dialectos locales y en la toponimia de la región

El legado del pueblo Ibero

La originalidad del arte iberoDama de Elche

Como escultura utilizaron la piedra y bronce y sus representaciones más frecuentes en el tema religioso, aunque no las hay de divinidades. Abundan unas pequeñas estatuillas de bronce utilizadas como ofrendas de los votos y estatuas de piedra de mayor tamaño, con finalidad funeraria y religiosa. Estas últimas destacan la Dama de Elche, muy ricamente decorada, y también la gran dama oferente con el frontal, mismo típico griego. También son frecuentes las representaciones de animales, algunos de ellos antropocéfalos

Los pueblos del centro y del oeste

En la península ibérica, los pueblos del centro y del oeste antes de la llegada de los romanos incluían a los celtíberos, lusitanos, vettones y galaicos, entre otros. Estos grupos compartían ciertas características culturales con los celtas e íberos, pero también tenían sus propias identidades distintas

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Los celtíberos
Eran una fusión de las culturas celta e íbera y se encontraban principalmente en la meseta central. Eran conocidos por su resistencia feroz contra los romanos, especialmente en ciudades fortificadas como Numancia
Los lusitanos
Habitaban la región que hoy comprende el centro y sur de Portugal y partes del oeste de España. Eran famosos por su habilidad en la guerra de guerrillas y por su líder Viriato, quien lideró la resistencia contra los romanos
Los vettones
Se asentaron en la región del oeste de la actual España, en áreas de las provincias de Ávila y Salamanca. Son conocidos por sus esculturas de verracos, representaciones de animales en piedra
Los galaicos
Vivían en la región noroeste de la península, en lo que hoy es Galicia y el norte de Portugal. Tenían una sociedad tribal y eran conocidos por su trabajo en metales
Estos pueblos tenían economías basadas en la agricultura, la ganadería y, en menor medida, la minería. Socialmente, estaban organizados en tribus o clanes con estructuras jerárquicas. Aunque la influencia romana eventualmente se impuso, muchos aspectos de sus culturas sobrevivieron y se integraron en la cultura romana y, posteriormente, en la herencia cultural de la península ibérica
 
La romanización trajo consigo cambios significativos, pero la resistencia de estos pueblos y su adaptación a las nuevas circunstancias son testimonio de su resiliencia y capacidad para mantener su identidad a lo largo del tiempo

Los pueblos del norte

Los pueblos del norte de la península ibérica, antes de la conquista romana, eran conocidos por su cultura y organización social distintas de las de los pueblos íberos y celtas del sur y del centro. Entre estos pueblos norteños se destacan

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Los astures
Habitaban la región occidental del norte de la península, en lo que hoy es Asturias y parte de León. Eran conocidos por su resistencia a la conquista romana y por su economía basada en la ganadería
Los cántabros
Se localizaban en la región costera del norte, en la actual Cantabria. Fueron uno de los últimos pueblos en ser sometidos por los romanos, destacando por su feroz independencia y habilidades guerreras
Los vascones
Se situaban en el área de la actual comunidad autónoma del País Vasco y partes de Navarra. Aunque rodeados por pueblos celtas e íberos, mantuvieron una identidad cultural distinta y son los predecesores de los actuales vascos
Los galaicos
Vivían en la región noroeste, en la actual Galicia y norte de Portugal. Tenían una fuerte identidad tribal y eran conocidos por su trabajo en metales, especialmente el oro
Estos pueblos compartían un entorno geográfico caracterizado por montañas, valles y una costa accidentada, lo que influía en su modo de vida y resistencia a la invasión. La economía de estas comunidades estaba principalmente basada en la ganadería, aunque también practicaban la agricultura y la minería, especialmente la extracción de oro y otros metales. Socialmente, estaban organizados en tribus con estructuras jerárquicas y tenían prácticas religiosas animistas, adorando a deidades naturales y ancestrales. La guerra era una parte importante de su cultura, y sus guerreros eran altamente valorados

La romanización de estos pueblos fue un proceso largo y difícil debido a su resistencia y al terreno desafiante. Sin embargo, con el tiempo, los romanos establecieron su presencia y comenzaron a explotar los recursos naturales de la región, integrando a estos pueblos en la estructura del Imperio Romano. La herencia de los pueblos del norte se refleja en la cultura, el idioma y las tradiciones de las regiones norteñas de España, y han dejado un legado que aún se puede observar en la actualidad

Las colonizaciones de la península ibérica: fenicios, griegos y cartagineses

La península ibérica fue un punto de interés para varias civilizaciones antiguas debido a su posición estratégica y recursos naturales. Los fenicios, griegos y cartagineses fueron tres de las culturas más influyentes que establecieron colonias en la región antes de la dominación romana

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Los fenicios

Originarios del actual Líbano, fueron los primeros en llegar a la península alrededor del siglo XI a.C. Establecieron asentamientos comerciales a lo largo de la costa sur y este, como Gadir (actual Cádiz) y Malaka (actual Málaga). Su influencia se extendió en la introducción de la escritura alfabética, técnicas avanzadas de navegación y comercio marítimo

Los griegos

Llegaron después de los fenicios y fundaron colonias en la costa noreste, como Emporion (actual Ampurias) y Rhode (Rosas). Aportaron elementos de su cultura, arte y organización política, y fomentaron el intercambio cultural y comercial con los pueblos íberos

Los cartagineses

Herederos de la tradición fenicia, se establecieron en la península durante el siglo VI a.C. Después de las Guerras Púnicas, expandieron su influencia en la región como parte de su confrontación con Roma. Cartago fundó nuevas ciudades y fortalezas, como Cartago Nova (actual Cartagena), y ejerció un control significativo hasta su derrota por los romanos

Estas colonizaciones no solo trajeron cambios económicos y tecnológicos, sino que también dejaron un legado cultural duradero que se refleja en la arquitectura, la toponimia y los sistemas de escritura que perduran en la península ibérica. La interacción entre los colonizadores y los pueblos indígenas prerromanos fue un factor clave en la evolución de la región hacia la complejidad cultural y política que más tarde facilitaría la romanización

El legado de las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa en la península ibérica

El legado de las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa en la península ibérica es profundo y variado, abarcando aspectos económicos, culturales, tecnológicos y lingüísticos que han dejado una huella indeleble en la historia y el desarrollo de la región.

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Económicamente

Estas colonizaciones introdujeron nuevos sistemas de comercio y moneda, lo que estimuló la economía local y fomentó la integración de la península en la red comercial del Mediterráneo. Los fenicios, por ejemplo, trajeron consigo técnicas avanzadas de navegación y comercio marítimo, mientras que los griegos y cartagineses expandieron las rutas comerciales y establecieron mercados para el intercambio de bienes

Culturalmente

Los colonizadores influyeron en la religión, el arte y la arquitectura. Los templos y asentamientos que construyeron reflejan su estilo y diseño arquitectónico. La introducción de la escritura alfabética por parte de los fenicios fue un cambio significativo que permitió el desarrollo de sistemas de escritura locales

Tecnológicamente

Aportaron innovaciones como la acuñación de monedas, técnicas de construcción avanzadas y mejoras en la agricultura. Los sistemas de irrigación y las técnicas agrícolas introducidas por los colonizadores mejoraron la productividad y la gestión de recursos

Lingüísticamente

La influencia de estas culturas se ve en la toponimia y en algunos elementos del vocabulario de las lenguas que se hablan en la península ibérica. Por ejemplo, muchas ciudades tienen nombres que derivan de sus fundadores fenicios o griegos

Además, la presencia de estos pueblos fomentó la creación de una sociedad más cosmopolita y abierta, preparando el terreno para la posterior romanización. La interacción entre los colonizadores y los pueblos indígenas llevó a una fusión de tradiciones y costumbres que enriqueció la diversidad cultural de la península

 

En resumen, las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa contribuyeron al desarrollo de una sociedad compleja y multifacética en la península ibérica, cuyos efectos se pueden observar hasta el día de hoy en la cultura, el idioma y la infraestructura de España y Portugal

El mítico reino de Tartessos

El legado de las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa en la península ibérica es profundo y variado, abarcando aspectos económicos, culturales, tecnológicos y lingüísticos que han dejado una huella indeleble en la historia y el desarrollo de la región. La simbolización tartesia toda sus expansión en el año 1000 y el 500 antes de Cristo, y su influencia se extendió por la actual Andalucía y el sur de Extremadura. 

Aunque la base de la subsistencia debía ser la agricultura, la zona era de enormemente rica en minas de plata, oro, cobre o hierro y existían talleres dedicados a la fundición de fabricación de objetos. La sociedad debía estar dominada por una aristocracia que controlaba el territorio, el comercio y la riqueza. En la cúspide social parece estar constatada la existencia de caudillos o monarcas. Tenemos referencias a los textos antiguos de un monarca legendario. Quizás por influencia fenicia, los tartesios conocían la escritura

El Legado de los pueblos colonizadores

AgriculturaDifusión del arado
Nuevos cultivos (vid, olivo, esparto)

Artesanía

Difusión del torno alfarero

Minería e industria

Nuevas técnicas de minería

Metalurgia del hierro

Aprovechamiento de las salinas

Salazón del pescado

Comercio

Contactos comerciales a través del Mediterráneo

Difusión de la moneda

Nuevas técnicas de navegación

Sociedad y cultura

Escritura alfabética (fenicia y griega)

Nuevos conceptos urbanísticos

Nuevas formas artísticas

Nuevas deidades

La conquista romana de la península ibérica

La conquista romana de la península ibérica, que comenzó en el siglo III a.C. y se extendió hasta aproximadamente el siglo I a.C., fue un proceso complejo y prolongado que transformó profundamente la región.

Primera fase (218-201 a.C.): Coincidiendo con la Segunda Guerra Púnica, los romanos llegaron a la península para luchar contra los cartagineses. Tras su victoria, establecieron su primera provincia, Hispania Citerior.

Segunda fase (200-19 a.C.): Durante este período, Roma consolidó su control sobre la península, enfrentándose a la resistencia de los pueblos indígenas, especialmente los celtíberos y lusitanos. La caída de Numancia en 133 a.C. y la derrota de los lusitanos fueron eventos clave.

Tercera fase (19 a.C. en adelante): Con Augusto, la península se pacificó y se dividió en tres provincias: Hispania Ulterior, Hispania Citerior y Lusitania. La romanización se intensificó, llevando la lengua, el derecho y la cultura romanas a la región.

La conquista trajo consigo cambios significativos:

  • Estructura política: Se establecieron sistemas administrativos y legales romanos.
  • Economía: La minería, la agricultura y el comercio se expandieron, integrando la península en la economía del Imperio.
  • Infraestructura: Se construyeron carreteras, acueductos y ciudades al estilo romano.
  • Cultura y sociedad: La lengua latina se difundió, y con ella, aspectos de la cultura romana como el derecho, la religión y las prácticas sociales.

La romanización no fue uniforme; algunas áreas adoptaron rápidamente las costumbres romanas, mientras que otras mantuvieron sus tradiciones indígenas más tiempo. Sin embargo, con el tiempo, la influencia romana permeó todos los aspectos de la vida en la península, dejando un legado que perdura hasta hoy en la lengua, el derecho, la arquitectura y la cultura de España y Portugal.

La conquista militar

Roma, en su lucha contra Cartago por el control del Mediterráneo occidental, estableció contacto con la Península durante la Segunda Guerra Púnica. El desembarco de Cneo y Publio Escipión en Ampurias (218) inició una campaña, fracasada, contra las bases cartaginesasen el litoral mediterráneo. Éste fue el principio de la conquista romana que se desarrolló en tres fases:

La conquista de la fachada mediterránea y de los Valles del Ebro y del Guadalquivir

La conquista de esta zona se produjo entre los años 21 O y 170. La campaña dirigida por Publio Cornelio Escipión cubrió sus objetivos al conquistar Cartagena, dominar el valle del Guadalquivir y rendir Cádiz (206). Una vez tomadas las bases púnicas, las posteriores actuaciones del cónsul Catón (194), que aseguró el control sobre el valle del Ebro, y de Sempronio Graco abrieron la penetración romana hacia la Meseta

La conquista de la Meseta

En la guerra de los lusitanos, éstos, que contaban con un gran caudillo, Viriato, y un perfeccionado sistema de guerrillas, mantuvieron su lucha contra Roma hasta el año 139 en que su jefe fue asesinado. La guerra celtibérica, tras una fase inicial (154-151), se concretó en la resistencia de la ciudad arévaca de Numancia hasta que fue arrasada por Escipión Emiliano (133)

Viriato o ViriathusViriato

Viriato, también conocido como Viriathus en latín, fue un líder lusitano que resistió la expansión de Roma en Hispania durante mediados del siglo II a.C. Operó en el suroeste de la Península Ibérica, específicamente durante las Guerras Lusitanas. Su posición como líder de los lusitanos aparentemente se basaba en sus éxitos militares en lugar de derechos hereditarios. Algunos incluso lo llamaron “el terror de Roma” debido a su desafío contra las fuerzas romanas

El lugar y la fecha exactos de nacimiento de Viriato siguen siendo inciertos. Algunas teorías sugieren la región de Beturia (suroeste de la Península Ibérica) como posible origen, mientras que otras proponen áreas entre los ríos Ebro y Tajo. Hipótesis más recientes sitúan su nacimiento en la región del Alentejo en la actual Portugal. También hay debate sobre si Viriato realmente pertenecía a los lusitanos o si el término “lusitano” podría abarcar a otros pueblos, como los celtíberos

La conquista del norte peninsular

Esta conquista (29-19) la realizó el emperador Octavio Augusto. Galaicos, cántabros y astures fueron derrotados en una amplia operación militar dirigida personalmente por el emperador (26-24), quedando definitivamente asegurada la conquista en el año 19 a. de J. C. por el general Agripa

Octavio Augusto, comúnmente conocido como AugustoAugusto

Octavio Augusto, comúnmente conocido como Augusto, fue el fundador del Imperio Romano y su primer emperador. Gobernó desde el 27 a.C. hasta su muerte en el 14 d.C., disfrutando de un prolongado reinado de cuatro décadas. Su gobierno marcó la transición de la República Romana al Imperio Romano, y desempeñó un papel fundamental en la configuración del curso de la historia.

Aquí tienes algunos puntos clave sobre Augusto:

  1. Vida temprana y ascenso al poder:

    • Nacido como Gaius Octavius en el 63 a.C., fue miembro de la rica gens plebeya Octavia.
    • Tras el asesinato de su tío abuelo Julio César, Octavius se alió con Marco Antonio y Marco Lépido para formar el Segundo Triunvirato.
    • El triunvirato derrotó a los asesinos de César y dividió el mundo romano entre ellos.
  1. Conversión en Augusto:

    • Octavius emergió como la figura dominante después de vencer a Antonio y Cleopatra en la Batalla de Accio (31 a.C.).
    • En el 27 a.C., el Senado le otorgó el título de Augusto, que denotaba reverencia y autoridad.
    • Estableció el Principado, un sistema de gobierno imperial que perduró hasta la Crisis del Siglo III.
  1. Logros y legado:

    • Augusto llevó a cabo importantes reformas administrativas, militares y culturales.
    • Fomentó la Pax Romana, un período de relativa paz y estabilidad en todo el imperio.
    • Su gobierno sentó las bases para el florecimiento del arte, la literatura y la arquitectura romanas.

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Marco Vipsanio Agripa (en latín, Marcus Vipsanius Agrippa)Agripa

Marco Vipsanio Agripa, en latín Marcus Vipsanius Agrippa, fue un importante general y político romano. Nació entre el 64 a.C. y el 62 a.C., y su fecha de nacimiento podría estar comprendida entre el 23 de octubre y el 23 de noviembre del calendario entonces vigente. A continuación, te presento algunos aspectos destacados de su vida:

  1. Primeros años:

    • Agripa nació en las zonas rurales cerca de Roma, en el seno de una familia rica de rango ecuestre.
    • Fue amigo íntimo de Octaviano (el futuro emperador Augusto) y compartieron una educación cercana.
    • Su hermano mayor también se llamaba Lucio Vipsanio Agripa y participó en la segunda guerra civil apoyando al bando contrario a Julio César.

  2. Colaborador de Octaviano:

    • Agripa desempeñó un papel crucial como general y encargado de los asuntos militares de Octaviano.
    • Contribuyó a muchos de los éxitos militares de Octaviano, incluida la victoria naval en la batalla de Accio contra Marco Antonio y Cleopatra VII de Egipto.

  3. Obras públicas y logros:

    • Agripa embelleció la ciudad de Roma con sus construcciones, como el Panteón y los Baños de Agripa.
    • Elaboró un mapa del mundo antiguo basado en datos obtenidos durante sus viajes.

  4. Matrimonios y descendencia:

    • Estuvo casado con Cecilia Ática y Julia la Mayor.
    • Sus hijos incluyeron a VipsaniaCayo CésarJulia la Menor y Lucio César Agripina la Mayor

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El Tratado del Ebro (226 a. de J.C.)

El Tratado del Ebro fue un acuerdo alcanzado en el año 226 a. C. entre la República romana y el general Asdrúbal el Bello, en representación del Estado púnico (Cartago). Este tratado estableció el río Ebro (en latín: Iber) como el límite entre ambas potencias en la península ibérica.

Bajo los términos del tratado:

  • Cartago se comprometió a no expandirse al norte del Ebro
  • Roma, a su vez, no debía expandirse al sur del río
 

Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado. Polibio relata que el general púnico Aníbal estaba buscando un pretexto para la guerra. Tras consultar brevemente al Senado cartaginés, puso la ciudad de Sagunto bajo asedio durante ocho meses. Los romanos, al enterarse del cerco, enviaron embajadas tanto a Aníbal como al Senado de Cartago. Inicialmente, los romanos exigieron que Aníbal detuviera su ataque contra uno de sus aliados, pero los púnicos rehusaron. El Senado cartaginés afirmó que los saguntinos habían empezado el conflicto y que los romanos no tenían motivo para acusarlos. Los romanos, incapaces de acudir en socorro de Sagunto, vieron caer la ciudad en el año 219 a. C.

Después de la caída de Sagunto, los romanos se prepararon para la guerra y enviaron una segunda embajada a Cartago. Esta embajada exigió la entrega de Aníbal y otros responsables del ataque a Sagunto. Tito Livio relata que esta segunda embajada fue enviada simplemente como una formalidad antes de declarar oficialmente la guerra, lo que indica que los romanos esperaban completamente un nuevo conflicto contra los cartagineses. En este punto, el Senado cartaginés se negó a reconocer el Tratado del Ebro y a entregar a Aníbal a los romanos. Los cartagineses compararon este tratado con uno anterior realizado entre Cayo Lutacio Cátulo y Amílcar Barca en el año 241 a. C., argumentando que los romanos no aceptaron el convenio entre los dos generales porque no había sido ratificado por su pueblo. Ante la incapacidad de llegar a un pacto, la guerra estalló en el año 218 a. C.

Este conflicto resultante se conoce como la segunda guerra púnica, que se prolongó hasta el año 201 a. C

La segunda guerra púnica fue un conflicto histórico que tuvo lugar entre los años 218 y 201 a.C. Enfrentó a las dos potencias dominantes de la época: la República Romana y Cartago. Algunos puntos clave sobre la segunda guerra púnica:

  1. Antecedentes: Tras la primera guerra púnica, ambas partes quedaron exhaustas. Los cartagineses sufrieron pérdidas económicas y aceptaron costosas condiciones de rendición.

  2. Batallas Destacadas:

    • Batalla de Cannas: En 216 a.C., los cartagineses bajo Aníbal infligieron una derrota devastadora a Roma.
    • Batalla de Zama: En 202 a.C., Escipión el Africano derrotó a Aníbal en esta batalla decisiva.

  3. Resultado: Roma salió victoriosa, y Cartago perdió Sicilia, Cerdeña y Córcega.

La resistencia de los celtíberos

La resistencia de los celtíberos ante la conquista romana es un tema fascinante de la historia antigua de la península ibérica. Los celtíberos, un conjunto de pueblos prerromanos celtas o celtizados, habitaban en la zona conocida como Celtiberia. Aquí te presento algunos aspectos clave sobre su resistencia:

  1. Conquista Inicial y Tratado de Graco:

    • La conquista de la Celtiberia por parte de Roma comenzó alrededor del siglo II a.C., a partir del año 200.
    • Los romanos avanzaron desde el sur, bordeando las elevaciones de los sistemas Ibérico y Central, hasta llegar al valle del Ebro.
    • En el 179 a.C., tras la victoria romana en la batalla de Mons Chaunus (Moncayo) y la toma de Complega, se firmó el tratado de Graco. Este tratado estableció una paz duradera, aunque con condiciones: los celtíberos debían pagar tributo, prestar servicio militar y no fortificar ciudades nuevas.
    • La ciudad de Gracurris (Alfaro) se fundó para proteger la frontera del territorio conquistado.
  1. Guerras Celtibéricas y Numancia:

    • A pesar del tratado, la situación interna de los celtíberos empeoró debido a la presión y abusos de los administradores romanos.
    • En el 154 a.C., se produjo un gran levantamiento de lusitanos y celtíberos.
    • Las guerras celtibéricas se desarrollaron en dos fases: la primera entre el 153 y el 151 a.C., y la segunda, centrada en Numancia, entre el 143 y el 133 a.C.
    • Numancia lideró la resistencia celtibérica durante 20 años, con un breve periodo de paz pactado con Marcelo entre el 151 y el 143 a.C.
  1. Características de los Celtíberos:

    • Eran civilizaciones urbanas con influencia oriental.
    • Se gobernaban mediante asambleas y tenían una aristocracia guerrera.
    • Aunque inicialmente se alinearon con Roma durante las guerras púnicas, finalmente mostraron resistencia a la dominación romana y asimilaron la nueva cultura e instituciones

El proceso de romanización: el legado cultural

El proceso de romanización en la península ibérica dejó un legado cultural inmenso que aún se puede apreciar en la actualidad. La romanización fue la integración de los pueblos indígenas de la península en la cultura romana, que incluyó la adopción del latín, las costumbres, el derecho y la organización política y social de Roma. Aquí hay algunos aspectos destacados de este legado:

  • Lengua y Literatura: El latín se convirtió en la lengua franca de la península, dando origen a las lenguas romances como el español y el portugués. Además, la literatura latina influyó en la creación de obras literarias locales.

  • Derecho: El derecho romano formó la base del sistema legal y es visible en la legislación contemporánea de España y Portugal.

  • Arquitectura: Numerosos edificios, puentes, acueductos y teatros romanos aún se mantienen en pie, como el Acueducto de Segovia y el Teatro Romano de Mérida.

  • Urbanismo: Las ciudades se planificaron con un diseño ortogonal, con calles que se cruzan en ángulo recto, un modelo que se sigue utilizando.

  • Infraestructura: La red de carreteras romanas facilitó el comercio y la movilidad, muchas de estas vías se convirtieron en las modernas carreteras y caminos.

  • Religión: Aunque inicialmente se resistieron al cristianismo, eventualmente se convirtió en la religión dominante y modeló la cultura y la sociedad de la península.

  • Costumbres y Tradiciones: Muchas festividades y tradiciones actuales tienen raíces en prácticas romanas, adaptadas a lo largo de los siglos.

El impacto de la romanización fue tan profundo que transformó la identidad cultural de la península ibérica, creando una nueva realidad que fusionaba elementos romanos con las tradiciones indígenas. Este legado romano es un pilar fundamental en la identidad histórica y cultural de España y Portugal.

El proceso de romanización: las obras públicas

El proceso de romanización transformó significativamente la infraestructura de la península ibérica a través de la construcción de obras públicas. Estas construcciones no solo mejoraron la calidad de vida de sus habitantes, sino que también facilitaron la administración y el control del territorio por parte de Roma. Aquí algunos ejemplos destacados:

  • Vías de comunicación: Los romanos construyeron una extensa red de carreteras que conectaba las diferentes partes de la península, facilitando el movimiento de tropas, el comercio y la comunicación. La Vía de la Plata y la Vía Augusta son ejemplos de estas importantes rutas.

  • Acueductos: Para abastecer de agua a las ciudades, se construyeron acueductos impresionantes, como el Acueducto de Segovia, que aún hoy es un testimonio de la ingeniería romana.

  • Puertos: Se mejoraron y construyeron puertos para potenciar el comercio marítimo, como el puerto de Tarraco (Tarragona).

  • Ciudades: Se fundaron o reestructuraron ciudades siguiendo el modelo urbanístico romano, con foros, termas, teatros y anfiteatros. Mérida, Tarragona y Zaragoza conservan restos significativos de su pasado romano.

  • Murallas: Para la defensa de las ciudades, se erigieron murallas robustas, como las de Lugo, que aún se conservan en gran parte.

  • Puentes: Se construyeron numerosos puentes para sortear ríos y otros obstáculos naturales, muchos de los cuales siguen en uso, como el Puente Romano de Alcántara.

Estas obras públicas no solo eran funcionales, sino que también simbolizaban el poder y la civilización romana. Contribuyeron a la romanización al hacer que la vida en la península se asemejara más a la de Italia y otras partes del imperio. Además, muchas de estas construcciones han sobrevivido hasta nuestros días, sirviendo como recordatorios duraderos del legado romano en España y Portugal.

El proceso de romanización: Economía y Sociedad

RecursoDescripción

La Economía

Roma aprovechó al máximo los recursos naturales de la Península, cambiando profundamente su estructura económica, que quedó organizada a partir de la ciudad y su territorio. Si bien el Estado se reservó el derecho de propiedad de la tierra (ager publicus), gran parte de la misma fue arrendada a la clase dirigente de las ciudades o bien repartida entre sus fundadores

La Agricultura

Perfeccionó sus técnicas con la introducción del barbecho, el arado, el trillo y el regadío, tuvo como base la producción de trigo, aceite y vino, exportados a Roma desde la Bética y la Tarraconense. También adquirieron importancia los cultivos de lino, hortalizas, frutales, así como la producción de esparto

La Minería

Fue la principal fuente de riqueza. Las minas eran explotadas directamente por el Estado mediante los procuratores, o bien por arrendatarios particulares. El masivo empleo de esclavos fue el procedimiento habitual en la producción, aunque también se utilizó el trabajo de asalariados libres. De esta manera, Roma controló el oro del Noroeste, la plata de Sierra Morena, el cobre de Río Tinto, el plomo de Cartagena y el cinabrio de Almadén

La Artesanía

Desarrollada en talleres urbanos, se basó en la producción de lino (Játiva), lana de la Bética, esparto de Cartagena, armas de Calatayud y Toledo. Más importancia tuvo la producción de aceite, salsas (gfill:ilil) y salazones para la exportación

La Circulación monetaria

Paralela al impulso urbano, tuvo como base el denario de plata y sirvió a un importante comercio local e interior, que se benefició del desarrollo de las vías de comunicación

El Comercio exterior

Dirigido sobre todo a Roma, desde los puertos de Tarragona, Cartagena y Cádiz, suministraba materias primas, recibiendo productos manufacturados y de lujo

La Sociedad

  • En la organización social existió una radical diferencia entre hombres libres y esclavos. Según su capacidad económica, los hombre_ libres ocuparon diferentes situaciones sociales
  • Los miembros del orden senatorial tenían el más elevado rango social, fundamentado en la posesión de inmensas riquezas o propiedades de tierras
  • El orden de los caballeros o ecuestre absorbió con más facilidad a la aristocracia indígena, que ocupó importantes magistraturas provinciales y municipales en la propia Península
  • Los decuriones constituyeron una oligarquía urbana, que controlo dirección de los municipios
  • Junto a estos tres órdenes sociales estaba la plebe (pueblo), artesanos de las ciudades reunidos en collegia, pequeños propietarios rurales: desheredados que recibían alimentos y dinero de los poderosos

El proceso de romanización: Administración, Arte y Cultura

El ArteLa CulturaLa Administración
  • Las obras públicas y la arquitectura monumental. El desarrollo urbano propició el de las obras públicas
  • Una densa red de calzadas puso en relación campos y ciudades y contribuyó poderosamente al desarrollo de la romanización
  • La escultura. La escultura embelleció las ciudades y las casas de los poderosos
  • El mosaico. Los mosaicos constituyen otro capítulo artístico importante
  • El desarrollo cultural de la España romana varió de unas regiones otras de acuerdo con el grado de romanización
  • Es el caso de la familia con: de los Séneca, que aporta el genio universal de Lucio Anneo y el de su sobrino Lucano
  • En la Tarraconense también nacieron figuras de primer orden
  • Hispania fue dividida en provincias para su adecuada administración

  • Junto al gobernador de la provincia existió una Asamblea Provincial que velaba por los impuestos, fiscalizaba al gobernador y organizaba el culto al emperador
  • A su vez, las provincias quedaron divididas en conventos jurídicos
  • Las ciudades romanas, ya fueran colonias creadas por decisión del Senado o municipios que adquirían el rango de ciudad por una concesión legal, se organizaron por medio de una Asamblea o Curia integrada por los decuriones y unos magistrados llamados duumviri
Libeláticos y Priscilianistas

Los movimientos de apostasía y los heréticos constituyeron un grave problema en los momentos iniciales de difusión del cristianismo. En Hispania tuvo especial importancia el movimiento de los libeláticos, quienes firmaban un libelo o certificado en el que reconocían haber prestado culto a los dioses paganos, abjurando así del cristianismo, con lo que podían librarse de los efectos de las persecuciones. La herejía priscilianista (alentada por Prisciliano), que utilizaba elementos de las herejías gnóstica y maniquea, se difundió por la Bética, la Lusitania y, especialmente, la Gallaecia

El fin de la Edad Antigua en la península ibérica está marcado por la desintegración del Imperio Romano de Occidente y las subsiguientes invasiones germánicas que cambiaron el panorama político y social de la región. Este período de transición es conocido como la Antigüedad Tardía y culmina con el establecimiento de los reinos germánicos.

Invasiones bárbaras: A partir del siglo III, la península ibérica experimentó incursiones de pueblos como los suevos, vándalos y alanos. Estos grupos aprovecharon la debilidad del imperio para asentarse en diferentes partes de la península.

Reino visigodo: Los visigodos, inicialmente federados de Roma, se convirtieron en la fuerza dominante tras la caída del Imperio Romano de Occidente en 476 d.C. Establecieron un reino que abarcaba gran parte de la península y parte de la Galia.

Crisis económica y social: El fin de la Edad Antigua también estuvo marcado por una crisis económica y social. La infraestructura romana se deterioró, y la economía se ruralizó, con una disminución del comercio a larga distancia y una mayor autarquía de las comunidades locales.

Cambio religioso: El cristianismo, ya bien establecido, comenzó a jugar un papel aún más central en la sociedad. La Iglesia asumió muchas funciones administrativas y sociales que antes eran competencia del estado romano.

Fusión cultural: A pesar de las invasiones, la cultura romana no desapareció de inmediato. Se produjo una fusión entre las tradiciones germánicas y la herencia romana, dando lugar a una nueva realidad cultural.

El fin de la Edad Antigua dio paso a la Edad Media, un nuevo capítulo en la historia de la península ibérica que vería la convivencia y el conflicto entre los reinos germánicos y, más tarde, la expansión islámica con la llegada de los musulmanes en el siglo VIII.

TérminoSignificado

Colonato

Condición jurídica y social de los colonos que se caracterizaba por la adscripción forzosa y hereditaria a la tierra

Patrocinio

Vinculación por la que un hombre se encomendaba a la protección de otro, obligándose a prestarle fidelidad y determinados servicios

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